Alimentación del Deportista

La alimentación de un deportista debe ser la adecuada para mantenerlo en un buen estado físico y excelente nivel de competición. Su alimentación dependerá del tipo de deporte que practique, características antropométricas e historial clínico, pero en términos generales las recomendaciones se pueden dar según  las siguientes etapas:

Antes de comenzar la actividad física se debe cargar de energía suficiente a los músculos y el cerebro; para ello, es importante ingerir carbohidratos de manera adecuada y  de esta forma mejorar la disponibilidad de glucosa sanguinea. Nunca se debe hacer ejercicio en ayunas ya que no sólo empeora el rendimiento, sino que la energía se tomará de los depósitos de masa muscular, propiciando la reducción de las reservas de músculo y como consecuencia el incremento del porcentaje de grasa corporal.

Al iniciar el ejercicio se activa la liberación de las hormonas catabólicas (adrenalina, noradrenalina, glucagón y cortisol) que permiten que se pueda mantener la actividad gracias a que generan la descomposición, y consecuente utilización, carbohidratos, proteínas y grasas.

Ante mayor sea la disponibilidad de carbohidratos en la sangre, habrá una menor necesidad del uso de las proteínas musculares como fuente de energía.

Cuanto mayor tiempo dure la actividad física, habrá una mayor demanda carbohidratos; en esta etapa además de alimentos se  pueden utilizar bebidas y geles deportivos especiales.

Después del ejercicio es muy importante reponer el glucógeno muscular y hepático rápidamente en los primeros 45 minutos postejercicio, ya que el músculo se encuentra muy sensible en esta etapa y necesita los nutrientes  rápidamente.

Esta etapa se llama ventana de recuperación y se debe a que los músculos son muy sensibles a la insulina y en esta etapa se encuentra elevada.

Si se le administra al organismo los nutrientes que necesite en el momento adecuado, este responderá  óptimamente, reducirá el daño muscular y se mejorará el rendimiento físico.